martes, 11 de noviembre de 2014

UNA VEZ EN VERANO.


UNA VEZ EN VERANO.

Esta historia se trata de una familia adinerada que vivía en Inglaterra en una mansión bellísima a principios del siglo pasado, el padre, la madre, dos hijas, un hijo y también una de las abuelas, la cual era una dama de alcurnia, con mucho rango y arraigados modales personales, las hijas y el hijo, muy jóvenes, disfrutaban de su pubertad y de las garantías económicas y sociales de la época.
Por supuesto, también vivían en la mansión los criados y la familia encargada del mantenimiento de los exuberantes jardines que adornaban los contornos de la casa.
La familia encargada de cuidar y mantener los jardines también tenía un hijo, el y el señorito de la mansión, eran aproximadamente de la misma edad.    
Y paso el tiempo y como todo en la vida las cosas prosiguen inexorablemente, nuestras vidas cambian y todo lo que fue ayer, hoy es completamente diferente, las dos hijas y el hijo hicieron sus vidas, se casaron , tuvieron sus hijos, pero el hijo del jardinero nunca se caso y permaneció al servicio de aquella familia adinerada durante toda su vida, la abuela y los padres fallecieron y ahora el señorito y el hijo del jardinero son dos ancianos y están sentados y se relajan en el corredor de la mansión, es verano, están tomando té helado y hablando de cosas pasadas y recordando los tiempos felices de aquella juventud que se marcho lentamente y para siempre.
El señorito mira al que es ahora el supervisor encargado del mantenimiento de los jardines y le pregunta: ¿recuerdas los años de nuestra juventud? en noches de verano como esta, íbamos a bañarnos en el lago ¡qué tiempos aquellos! siempre he pensado en ellos y ahora que estoy viejo los recuerdo con inmenso agradecimiento y afecto.
El jardinero se sonríe y le contesta: ¡Si, los recuerdo!
Y el señorito le dice: tengo algo que confesarte, no sé si debo hacerlo y quizás te disguste, pero ahora que estoy viejo ya no me importa mucho y además esto es algo que me hubiera gustado decirte desde hace mucho tiempo.
Y dice el jardinero: ¿me intrigas... que es?
Pues te diré que yo recuerdo una noche en particular, siempre nos bañábamos desnudos y en aquella noche, la luna resplandecía como nunca, con una intensidad formidable, estábamos sentados sobre la grama y aquella luna te cubría completamente, tus ojos, tu pelo, tu boca, tu piel, todo brillaba,  bajo aquella luna tú parecías un ángel, jamás en mi vida imagine que pudiese existir tanta belleza, en aquella noche yo hubiera dado el mundo por besarte, pero me lo cohibieron el temor y la vergüenza, hoy quiero que lo sepas y si te disgusta ¡no me importa!.. Yo quiero que tú sepas que siempre y a pesar de todo, tú has sido el amigo de mi alma y que yo siempre te he llevado en mi corazón como si fueras una joya.
Y dice el jardinero:
Tu muy bien sabes que yo nunca me case, he dedicado mi vida y mis servicios a la protección y al cuidado de esta familia, pero en especial, yo he vivido para cuidarte y protegerte a ti, porque tú también siempre has sido la joya de mi corazón, ahora tú me dices que en una noche, hace mucho tiempo, tu sentiste deseos de besarme, yo he sentido deseos de abrazarte y de besarte toda mi vida y pues la verdad sea dicha, yo siempre estuve enamorado de ti, yo sé lo que es el amor y sé muy bien lo que siento por ti, nunca hubo nada entre los dos, pero jamas cambiaría yo la vida que compartí contigo y en esta noche dejas de ser la joya, para convertirte en la estrella de mi corazón. 
¡Muchas gracias por lo que me has dicho!
Y eternas como dos diamantes, en esta otra noche de verano, brotaron y rodaron dos lágrimas, bajo el esplendor de la luna indiferente.
Fabio A. Pabón M.
CURANDERO TANGO.

No hay comentarios:

Publicar un comentario